Entonces llegaste vos con tus aires de señor, y sin pedirme permiso me robaste el corazón. Busqué un solo rincón y me invadí con tu olor; Me tocaste y ya sabías que en tus redes yo caía. No te importa que me muera de dolor,
Que te mire y sienta que hoy sos el hombre de mi vida.
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